¿Coche? ¿Avión? ¿Caravana? ¿Crucero? Sea cual sea el medio que elijas para desplazarte a tu paraíso particular, no dejes que ni mareos ni vértigos te impidan disfrutar del inicio de las tan esperadas vacaciones. Para evitar esas situaciones, no olvides incluir en tu botiquín Biodramina –con o sin cafeína- ¡Te garantizamos que así no te perderás ni un detalle del trayecto!
Tampoco olvides meter entre tus provisiones de emergencia, un analgésico, antipirético o antiinflamatorio. ¡No hay botiquín que se precie sin ellos!
Si la aventura corre por tus venas y no dudas en lanzarte de cabeza a cualquier desafío, no empieces tus vacaciones sin un kit de cura: suero fisiológico en monodosis; gasas estériles para limpiar la herida; un antiséptico de amplio espectro para toda la familia y, por supuesto, unas tiritas para poner el broche de oro a toda cura.
Y para mantener a rayas esas décimas de más que pueden aparecer tanto en niños como en adultos, no olvides meter un termómetro digital. ¡No ocupa apenas sitio y te será de gran utilidad!
La dieta… ese caballo de batalla de las vacaciones… también puede jugarte alguna que otra mala pasada. Como sabemos que te permitirás alguna que otra licencia culinaria, siempre debes llevar contigo un antiácido -¡te vendrá fenomenal para combatir la acidez y los reflujos…!-; y unos comprimidos contra los gases; laxantes –fave de fuca, fuca aloe o enemas-. Todos estos productos te acompañarán a resolver esos pequeños inconvenientes intestinales que aparecen por el cambio de hábitos durante la vacaciones ¡y que pueden llegar a convertirse en una auténtica pesadilla!.
Además, y como es mejor prevenir que curar, para que las molestias digestivas no te amarguen tus vacaciones, te recomendamos que nos días antes de comenzar tus vacaciones empieces a tomar probióticos. Son la mejor solución para evitar la sensación de hinchazón, gases, diarreas, estreñimiento, etc.
¡No hay verano que se precie sin la aparición de ese incómodo mosquito, ¿o no?!. Por eso, nunca debes irte de vacaciones sin meter en tu botiquín un repelente de mosquitos con un activo eficaz. Además, por si al final resultas irresistible para estos incómodos insectos, tampoco te olvides de un producto post picadura como un roll-on o gel calmante o directamente unos comprimidos de anihistamínicos, para los casos en los que los mosquitos hayan decidido darse un auténtico festín con nosotros.
Si quieres que tu retina sea capaz de conservar todos los momentos bonitos que vivas durante estas vacaciones, cuidar de tus ojos debe volverse una prioridad para ti. Para conseguirlo, haz de intentar que elementos como el aire acondicionado y el cloro de las piscinas te afecten lo menos posible. Por ello, nunca dejes de meter en tu botiquín del viajero unas gotas hidratantes. ¡Tus ojos de lo agradecerán!
Yo te doy cremita, tú me das cremita...
Y, por supuesto, no olvides meter en tu botiquín un protector solar de reserva que pueda serte útil ante cualquier imprevisto. Como el espacio que tendrás no será demasiado grande, lo mejor es que te decantes por un formato pequeño y óptimo para toda la familia.