Prevenir es fundamental. No solo porque cuando padecemos un resfriado o catarro probablemente nos dejará fuera de juego durante unos días, sino porque hay personas que son muy vulnerables a los mismos y su situación puede complicarse hasta tal punto que llegue a desembocar en una patología mucho más grave que les lleve a pasar, incluso, hasta varios días en el hospital.
Abrígate muy bien antes de salir de casa. Es el primer paso si no queremos caer en cama como consecuencia de las bajas temperaturas de la época. Eso sí, tampoco es necesario exagerar. Si vas bien abrigado conseguirás que los cambios bruscos de temperatura no afecten tus vías respiratorias. Si además sabes que tu punto débil es la garganta, nunca te lances a la calle sin una bufanda calentita.
A tope de vitamina. Deben ser imprescindibles en tu dieta durante estos meses de frío. Apuesta principalmente por alimentos ricos en vitamina C (naranja, kiwi, etc.), vitamina A (espárragos, tomate, etc.) y vitamina B (cereales, legumbres, etc.) . ¡No te olvides que tienes que tomar cinco raciones al día de frutas y verduras! Tampoco dejes fuera de tus platos determinadas proteínas que te ayudarán a mantener tus defensas a raya.
A pesar del frío… ¡no te olvides del deporte! La actividad física también contribuye de manera importante a que tu sistema inmunitario esté en guardia y no te veas afectado por algún que otro resfriado que te impida disfrutar de tu día a día.
El descanso, la clave. ¿Sabías qué si duermes menos de 7 horas diarias tienes tres veces más posibilidades de desarrollar infecciones víricas?
No dejes de comer. Es uno de los primeros síntomas cuando estás resfriado. Sin embargo, no debes dejarte llevar por la desgana. Si no tomas nutrientes, es muy probable que tu tiempo de recuperación sea mayor.
Más líquido. Si beber agua es importante, lo es mucho más cuando estamos acatarrados. Al sudar con la fiebre y tener mucha mucosidad, perdemos mucha cantidad de líquido corporal y sales minerales, que debemos recuperar. Si el agua no te apetece, decántate por zumos de frutas naturales, infusiones o consomés de verduras. ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!
La ventilación, fundamental. El aire cargado de tu casa debe renovarse. Por eso, es recomendable abrir unos minutos las ventanas todas las mañanas. Además, si puedes evitar los lugares cerrados con demasiada gente, mejor que mejor.
El humidificador, tu aliado. Los expertos recomiendan que durante los resfriados mantengamos las vías respiratorias húmedas y protegidas. Colocar un humidificador en tu habitación te ayudará a respirar mejor y a descansar.