Más de 30 años ejerciendo como farmacéutica. Procedente de familia de médicos, emprendedora y apoyando la causa femenina a través de un equipo de fútbol, el San Roque Balompié, que dentro del ámbito provincial y autonómico es una referencia, y tiene un proyecto muy consolidado a base de trabajo y esfuerzo. Rosa Galera, titular de la Farmacia I+ Alameda en Sevilla, es una mujer todoterreno, hecha a sí misma, luchadora, y con visión de futuro. Rosa nos habla en esta entrevista de la importancia de las farmacias y los farmacéuticos en la labor de contribuir a mejorar la salud de sus pacientes; los servicios sanitarios que se prestan en Farmacia I+, y de la colaboración que empieza a vislumbrarse entre farmacéuticos y médicos después de muchos años de, usando la terminología futbolística, falta de pase de balón.
Se han estado haciendo bien muchas cosas. Hemos pasado una etapa muy mala con una imagen negativa de la farmacia en los últimos 20 años. Con la pandemia, hemos adquirido mayor relevancia, pero no es suficiente. Soy ambiciosa en mi profesión y creo que se puede hacer mucho más. El margen de mejora es todavía muy alto.
Por nuestra parte siempre ha existido colaboración. Cuando aterricé en esta profesión, el bulo de rivalidad entre médicos y farmacéuticos existía; pienso que se debe a una falta de conocimiento por las partes de la labor que se desempeña, y de mirar hacia el objetivo que no es otro que la curación y el cuidado del paciente.
Dicho esto, pienso que, actualmente, no se da esa situación, sino que existen una serie de líneas comunes de comunicación y ayuda por las partes. El médico se ha dado cuenta que el farmacéutico es una mano amiga. El médico ha trabajado más la empatía. Nosotros tenemos una ventaja sobre él y debe aprovecharla: el grado de confianza con el paciente, al que tenemos muy cerca.
Nosotros hacemos muchas preguntas a los pacientes. Ahí te das cuenta de que éste no sabe lo que es, por ejemplo, un ibuprofeno; y, además, te das cuenta de que lo está utilizando para lo que no lo necesita.
Porque si tú vas a una farmacia y pides un ibuprofeno y te lo ponen simplemente en el mostrador, sin hacer las preguntas oportunas, craso error. A ese profesional le puede faltar formación o motivación para desarrollar bien su trabajo.
La incorporación de nuestra farmacia al Grupo fue muy importante. Soy una persona muy inquieta, tenía muchas cosas en mente y las pude proponer en el Comité de Dirección -al que he pertenecido durante cinco años- promoverlas y hacerlas.
Está mal publicitado. Todavía los pacientes no conocen que existen estos servicios en las farmacias, en general. Es verdad que el Grupo ha ayudado mucho en este sentido, ya que ha dedicado parte de sus recursos al desarrollo de los servicios en la farmacia; porque ello atrae a más pacientes, aumenta la facturación (de Farmacia I+) y consolida esa relación que tiene con el paciente, al que fideliza y le ayuda a mejorar su calidad de vida, extraordinariamente.
Porque no es lo mismo un diabético que va al médico, que le recetan sus pastillas y se las toma en el orden en que se las ponen, a que el paciente sepa por qué se está tomando esas pastillas, en qué situación se encuentran sus órganos, que perspectiva de futuro tiene, si se cuida… Nosotros estamos para eso.
Con nuestros servicios, el paciente sabe lo que se está tomando y, lo más importante, por qué se lo está tomando. El médico, a veces, no puede hacer esto.
Los servicios existían, pero cada farmacia los hacía según su criterio. Ahora hay profesionales formados, y las farmacias utilizan sus recursos propios para desarrollarlos, en nuestro caso a través de Farmacia I+.
El paciente de antes era más tranquilo, confiado, no hacía muchas preguntas y buscaba la cercanía del farmacéutico. Hoy en día, esto ha cambiado totalmente: todo el mundo sabe, investiga… Pero desde que estoy en Farmacia I+ se ve la diferencia: los pacientes quieren farmacias como ésta, con promociones, personas o profesionales formados, con servicios…
Durante la pandemia, la Farmacia I+ Alameda ha contado con un equipo joven y fuerte; hemos tenido mascarillas y geles hidroalcohólicos, et..., todo el tiempo debido a la gestión extraordinaria del Grupo Farmacia I+ y la de nuestra farmacia. Aquellos protocolos que trabajamos cuando estábamos en casa, nos han servido mucho para hoy. En ese sentido, la pandemia ha sido muy positiva.
Estamos en el ecuador, se puede hacer. Hace falta interés… Me habían invitado a aportar algunas de esas ideas, pero mi padre falleció y no era el momento.
Apoyo a un equipo femenino de fútbol en una acción que se llama #PoryParaEllas y llevo años trabajando con ellos y ayudándoles. Trabajando para ayudar, gratuitamente, y porque me siento solidarizada.
La consecución del campeonato del mundo ha sido un acontecimiento histórico y me llena de orgullo que el telediario dedique un rincón para el fútbol femenino. Estas chicas han hecho mucho. Me siento muy identificada, he pasado por lo que ellas. Esa falta de valor y referente, cuando el fútbol masculino sí lo tenía… Es maravilloso lo que ha ocurrido.
Más allá del feminismo, abogo por establecer líneas de comunicación comunes para tener el equilibrio buscado y que se está encontrando, sin jalear a aquéllos que quieren acabar con una noticia. Hace unos días vi a Olga Carmona en ‘El Hormiguero’ y me pareció una chica sencilla, natural, y se ha convertido en un referente para la mujer.
¡Se puede, claro qué se puede! Pero no hay que tener miedo. Si se pelea, te quitan de en medio, como le ha ocurrido a Jennifer Hermoso. Es el poder, y a mí eso me ha pasado muchas veces. Pero tenemos que seguir en esa línea para romper la brecha, aunque entiendo que nadie quiera ser cabeza de turco.
La tengo visualizada. Lo primero, la capilaridad de las farmacias. Si deja de haberla, tendremos un problema muy grande. Lo segundo: tocar al paciente. Como dejemos de tocar al paciente, vamos mal. Si estas dos cosas no se mantienen en el futuro, si cortamos con estos dos lazos, empiezo a hacerme un búnker para lo próximo que pueda venir.
Dicho esto, sí que veo una empresa tremendamente tecnológica, con realidad virtual, incorporando la tecnología blockchain de suministro de medicamentos; la veo con robótica actualizada, con drones llevando medicamentos a los domicilios; la veo con formación en realidad virtual dentro de las farmacias, exhibiendo lo que es un paciente con reacciones adversas y un paciente que se medica bien. Tener un control biométrico de los datos de los pacientes… Todo esto se podría hacer mañana, sólo se necesita un clic.
Lo que no tiene sentido es que las farmacias para hacer servicio tengan que destinar recursos propios. No está pagado el tiempo que le dedicamos a los pacientes, en este sentido. Esto debería gestionarlo el Gobierno, como hace con el Medicamento. No sé si la Agenda 2030 valora eso, y hay que hacerlo. Todas las farmacias deberían ir en la misma dirección.