Tras las vacaciones estivales es normal que empecemos a detectar que nuestra piel ha cambiado y que ya no luce igual. Es posible que comprobemos cómo está menos luminosa de lo normal, algo seca y tirante… La piel refleja muchos hábitos de nuestro día a día y eso es justo lo que le ocurre cuando empezamos a despedirnos del verano. El verano es época de excesos, de llevar una vida más relajada, de dejar a un lado rutinas… y todo eso se traduce, en definitiva, en el estado de salud de la piel de nuestro rostro.
¿Qué pasos podemos dar?
El principal, dar forma a una rutina que sea capaz de satisfacer todas las necesidades que, en estos momentos, presente nuestra piel. Pasos sencillos pero encaminados, todos ellos, a devolverle la vida y la luz.
1.- Para empezar, ¡limpieza y exfoliación!
Estamos ante un paso clave si buscamos iniciar una rutina con la que renovar la piel después de la exposición al sol veraniega. Gracias a una adecuada limpieza y exfoliación acabaremos con las células muertas y conseguiremos una renovación celular, dando lugar a una nueva epidermis, más sana, más limpia y, sobre todo, más luminosa. Aplica el exfoliante por todo el rostro evitando la zona alrededor de los labios y el contorno de los ojos. Deja actuar unos minutos y retira con abundante agua ¿Fácil, verdad?
2.- ¡Hidratación a tope!
Si no contamos con una hidratación adecuada veremos como la dermis no tendrá un aspecto terno y saludable. Durante el verano, la exposición al sol se traduce en una pérdida de agua de nuestra piel y, por ende, de flexibilidad y salud. Es importante escoger adecuadamente el producto hidratante, para conseguir un extra de colágeno y, además, evitar el envejecimiento prematuro. Aplicar un producto hidratante no es nada complejo. Basta con extender por todo el rostro realizando movimientos circulares dos veces al día, evitando la zona de los ojos y sin olvidar la zona del cuello. Te recomendamos aplicar por la mañana y por la noche.
3.- Cosmética natural con una alta concentración de activos
Tras el verano nuestra piel se encuentra más sensible que nunca, por lo que es recomendable que apostemos por productos naturales, hipoalergénicos y que estén especialmente formulados para pieles sensibles. Además, lo mejor es que los productos elegidos incluyan activos en altas concentraciones y que no incluyan ingredientes rellenos.
4.- Las manchas, el caballo de batalla
Si eres de los que durante el verano descuida las rutinas y, además, ha visto como tras las vacaciones las manchas han hecho aparición en tu rostro como consecuencia de la exposición prolongada al sol, ¡tranquilidad! Es algo habitual. El hecho de que tras el verano hayan aparecido manchas en la piel o se hayan intensificado las que ya teníamos hace necesario consultar con un especialista que nos ayude a hacer frente a esta realidad recomendándonos algún tratamiento antimanchas que se adapte a nuestras necesidades y a las características de nuestra piel. Además, con la llegada del otoño es buen momento también para evaluar si ha habido algún cambio en determinados lunares. ¡Consulta siempre con un especialista!
Y, además…
A la hora de recuperar la salud de nuestra piel, algo fundamental es retomar los hábitos saludables. Además de cuidar la piel por fuera es imprescindible cuidarla desde dentro, ya que la nutrición y oxigenación que ésta necesita para gozar de buena salud debe proceder del aparato circulatorio. Por ello, nunca debemos perder de vista ni la alimentación, ni la actividad física ni, por supuesto, el descanso. Apuesta por una alimentación rica en vegetales crudos; frutas; frutos secos, que tienen grasas esenciales; pescados ricos en omega; y una buena hidratación, tomando abundante agua. Si, además, consigues mantener una actividad física regular contribuirás a la correcta circulación y oxigenación del organismo.